¿Qué pasaría si perdiéramos uno de nuestros bienes más preciado?: El Suelo

La desertificación se conoce como la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas.
 
En este contexto se encuentra la Región de Murcia, una de las zonas más secas de toda Europa y a la vez, fuente de recursos hortofrutícolas a nivel internacional.

De hecho, más de la mitad de la superficie de la Región de Murcia (unas 700.000 hectáreas), se encuentran bajo un clima desértico y está sometida a procesos de erosión y desertificación. Nos encontramos en una zona de elevadas temperaturas y en un contexto en el que el cambio climático no hará más que agravar las sequías, el aumento de las temperaturas y las condiciones extremas, pero , ¿qué se puede hacer?.
 
La clave está en adaptarse al cambio y mitigar el problema. Acciones como la ampliación de la cobertura vegetal en zonas con alta erosión hídrica, la selección de especies resistentes a la sequía y el aprovechamiento del agua y del suelo en los cultivos son ejemplos de las decisiones que se pueden tomar en esta materia para frenar los efectos que tiene el avance del desierto.
 
La desertificación es un claro aviso del desequilibrio creado entre la demanda y el suministro de los servicios de los ecosistemas en las tierras secas. La pérdida de cobertura vegetal y la presión humanas por actividades y  servicios como alimento, forraje, combustible, materiales de construcción y agua para los seres humanos y el ganado irrigación o saneamiento son uno de los principales agravantes por lo que es ahí donde debemos actuar en nuestro día a día.
 
Si somos capaces de entender el auténtico valor del suelo y de explotar sus recursos mediante acciones más respetuosas con el medio ambiente, seremos capaces de poner freno y dar visibilidad a uno de los grandes problemas a los que se enfrenta nuestra Región.